Soundless
Las consecuencias de nuestras acciones son siempre tan complicadas, tan diversas, que predecir el futuro es realmente muy difícil.
Para Retos Ilustrados~

Hana miró hacía el cielo, aburrida. A un lado de ella su amigo esperaba una respuesta, impaciente y con una ceja levantada. La chica suspiró y se tiró sobre el césped; en cambio, él se quedó sentado en su lugar.

—¿Ves? Yo tenía razón. Sabía que Deisy se comprometería, y ahora está a unos días de casarse. Y tú decías que no podía adivinar —le espetó Lucas con cierto orgullo.

Como respuesta ella extendió los brazos y cerró los ojos.

—Coincidencia —dijo al fin.

—No. Yo lo supe desde un principio. Yo tenía razón, y tú no. Lo que no quieres admitir es que yo pueda ver el futuro —le dijo tranquilamente, con una sonrisa en la cara.

—Coincidencia —repitió ella.

Lucas ya no podía aguantar más la actitud de su amiga. ¿Tan difícil era para ella admitir que él tenía poderes súper naturales que ningún chico de quince años podría tener? Si bien era cierto que él siempre había estado un poco obsesionado con todo eso, esta vez él había estado en lo correcto. Se tiró al suelo junto a ella y bufó.

Estuvieron así por algunos minutos. No era algo extraño en ellos, pocas veces hablaban de algo: no tenían nada en común. Pero la compañía del otro siempre les había agradado. Pero Hana no podía dejar que su amigo siguiera pensando que él era más especial que los demás.

—El futuro no se puede predecir —empezó, sin siquiera abrir los ojos—, es imposible. Cualquier cosa puede cambiar un resultado.

—Pero siempre existe un resultado final, y eso es lo que yo sé —le contestó él mientras sonreía con arrogancia.

—La más pequeña e insignificante cosa siempre cambiara el resultado —le dijo ella, mientras se daba la media vuelta para poder verlo. Él hizo lo mismo, quedando a apenas algunos centímetros—, por ejemplo, hace dos meses yo creía que estaba enamorada de mi novio.

Él la miró con sorpresa. Si había alguien que todos sabían, era que Hana estaba completamente loca por su novio, a tal punto de ser obsesiva, discreta, pero obsesiva.

—¿Y ahora? —le preguntó, intentando sonar normal.

Ella lo besó. Lucas no pudo ni moverse.

—Ahora, por un beso, tendré que terminar con él.

El chico intentó componerse, pero su mente no se hacía a la idea de que una chica a la que apenas conocía lo hubiera besado así como así. A pesar de sus intentos no pudo levantarse, y ella tampoco lo hizo.

—Si hace dos meses hubiera ido a la fiesta en lugar de ir a esa cena de mis padres, si no hubiera caído por usar tacones, si no te hubiera conocido… talvez yo estaría casada en algunos años. Apuesto a que eso nunca lo imaginaste.

—Yo lo sabía —respondió intentando nuevamente recobrar la compostura.

—¿Qué sabías? —le preguntó ella mientras se sentaba.

—Que de alguna manera u otra, yo tenía que terminar contigo.