Soundless
Título: Rival

Fandom: Naruto

Género: Humor

Autor: Usagi

Naruto no me pertenece, si no a Masashi Kishimoto y esto lo hago sin fines de lucro.

Cuánto lo odiaba; lo seguía por todas partes, imitando cada uno de sus movimientos con la única razón de fastidiarlo, sí, ese debía ser su objetivo, hacerle la vida un infierno.


Cuando quería estar solo ¡él estaba ahí! Cuando entrenaba, ¡lo imitaba para ser tan fuerte como él! Y peor aún… cuando caminaba hacía su casa para intentar deshacerse de él, ¡lo seguía para molestarlo al día siguiente!

Movió el brazo derecho, él también lo hizo. Esto iba a terminar mal, muy mal. Empezó a caminar despacio, observándolo. Cuando pensó que estaba más alejado de lo normal, empezó a correr lo más rápido que sus piernas le permitieron.


Siguió corriendo, no se detendría hasta perderlo, pero seguía ahí a un lado suyo. No paró, esta vez no le ganaría, encontraría la forma de vencerlo, al fin y al cabo él era un genio, ¿cómo no podría con el?

Duró al menos media hora corriendo sin parar, hoy era el día en el que por fin podría estar completamente solo, sin nadie que lo molestara con tontas y denigrantes imitaciones baratas de él. Aunque debía admitir una cosa, era muy lindo. Tenía un hermoso cabello que envidiaba, pero apenas se podía distinguir su silueta.


Cuando comenzó a respirar normalmente miró tras de él. Seguía ahí.

¡Ese maldito seguía ahí! Con una pose que lo hacía ver aún mejor, al parecer se creía genial, y lo peor era que tal vez si lo era. ¿¡Que estaba diciendo!? ¡Ese era su enemigo!


Solamente se iba cuando se hacía de noche, en esos únicos momentos a solas pensaba como quitárselo de encima ¡Se estaba robando su vida! Pero cada plan que ponía a prueba lograba evadirlo, si él también era muy listo, tal vez el único rival digno de él.

Pero tenía una duda, ¿Qué era eso? ¿En verdad alguien tan perfecto podía existir? Y si eso era posible… ¿Cuál era su nombre? Varias veces se lo había preguntado, pero nunca le contestaba el muy estúpido.


Le dio la espalda, en verdad le había arruinado el día. Saber que había alguien que era tan o mejor que él en verdad le molestaba. Caminó lentamente hacía su casa, resignado de que por hoy había perdido la batalla.

Caminó por las calles de la aldea, tratando de aparentar serenidad, aunque por dentro había despertado su instinto asesino, a sus pocos tres años de edad.


Lo vio de reojo, caminaba tan tranquilo, pero al parecer estaba enojado. No se detuvo para observar mejor sus expresiones (aunque era muy difícil descifrarlas), no iba a darle el gusto de saber que era algo en la vida de Neji Hyuga, que podía molestar a un genio con juegos de niños, no, no y más no. No le haría la vida más feliz.

Entró refunfuñando por la puerta de la mansión, el guardia lo miró extrañado pero no dijo nada, estos días el pequeño Neji había estado jugando retos con su sombra.


Que lindos eran los niños… se entretenían tan fácil.


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