Soundless
¡Para Fumiis!Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Kishimoto ^^ Un KarinxSuigetsu, que terminó siendo cualquier otra cosa menos romance y humor :P Te debo ese, Fumiis ;D

El que dijo que ‘del odio del amor hay un solo paso’ era un verdadero idiota. Suigetsu estaba seguro de ello. Él jamás diría que el sentimiento que ellos dos tenían podía convertirse en amor así como así. No, era una completa tontería.

Porque ella verdaderamente lo odiaba. Karin era la peor persona en este mundo. Se desquitaba con todos por su triste vida. ¿Por qué el tenía que sufrir su mal humor cuando Sasuke la rechazaba? Joder, no era su culpa que ella fuera una cosa tan… ella. De hecho, comprendía perfectamente a su líder. Karin era de esas personas que te estresaban la vida con sólo verla.

Suigetsu contó mentalmente el tiempo que faltaba para que su compañera de equipo saliera de la habitación de Sasuke y se desquitara con él. Era la rutina, y la única manera en la que ella descargaría su furia. Y de paso, él la haría enojar un poco.

—Tres, dos, uno… —dijo mientras observaba de reojo la puerta abrirse.

Él nunca fallaba.

Y como lo predijo, de ahí salió Karin. Veía al suelo y caminaba lentamente. Eso sí era raro, regularmente ella salía con orgullo de ahí. Levantó una ceja, pero no dijo nada mientras ella pasaba frente a él, llorando.

Era la primera vez que la veía llorar. Y la sensación era horrible.

No sabía que hacer. La situación era complicada. Seguramente Juugo estaría en su habitación y no se daría cuenta de nada, y a Sasuke ni le importaría. A él tampoco debería importarle. Además Karin sabía valerse por sí misma, tantos años sola, rodeada de los más temibles monstruos. Talvez por eso no lloraba como cualquier otra chica rechazada lo haría. Ella podría estar acostumbrada a tener que aguantarse todo, y aparentar ser fuerte, porque de no ser así no podría haber trabajado para Orochimaru.

Y aún sabiendo todo eso, Suigetsu no podía sólo quedarse ahí, viendo como la mujer más extrovertida y sin vergüenza que había conocido en toda su vida, lloraba. Obviamente no iba a ir a consolarla. Jamás haría eso. Tampoco iba a decirle que algún día lo lograría, porque sería una mentira, y además no era su estilo, de ninguno de los dos.

¡Cuánto le hubiera gustado que ella se desquitara con él como todos los días! Así no estaría pasando por este dilema. ¡Ni siquiera sabía porque no sólo la ignoraba, y punto!

Él estaba seguro de que ella lo odiaba, y de que él la odiaba a ella. También sabía que el dicho ‘del odio al amor hay un solo paso’ era todo una mentira.

—Karin —gritó, sabiendo que ella lo escucharía. Tragó saliva y se levantó de su asiento, mientras caminaba rumbo a la habitación de ella—. Hazme algo de comer. —terminó, abriendo la puerta del cuarto de la chica.

Ella lo observó, ahí parado, con una sonrisa socarrona. Al verlo se obligó a calmarse y se levantó del suelo, haciéndole frente.

—¿Quién crees que soy, pez? —le replicó.

—Una de las personas más feas de este mundo.

—Tú no mereces ser un pez. Apenas llegas a alga.

Después la rutina continuó su rumbo. Esa era su manera de afrontar las cosas. Suigetsu sabía que el odio y el amor no estaban a un solo paso, pero él estaba dispuesto a recorrer todo el camino.

Apenas escuchó un débil 'gracias' antes de seguir con la siguiente tanda de insultos
.
Soundless
Si no te quieren como tú quieres que te quieran, ¿qué importa que te quieran?

¡Para Retos Ilustrados!

—Aléjate de mí —repetí, reprimiendo las lágrimas. Remarcando cada palabra con la mayor dureza posible—. No te quiero aquí.

Él me vio con aquellos ojos caramelo tan hermosos. Me rogaba con la mirada que le sonriera, y que le dijera que todo esto era en broma. Pero no era así. Para mí él había desaparecido. Ya no existiría más, sería sólo como una piedra con la que trómpese en algún momento de mi vida. Ya no sería más mi amigo, compañero y hermano.

Me di la media vuelta, dándole la espalda. Sentí como mi largo cabello rubio se movía con el viento. Aquel largo cabello que había cuidado tanto para que a él le gustara.

—Marian…Yo, yo en serio no pensé que las cosas fueran así. Tú eres mi amiga —me dijo, forzando salir a las palabras.

—Largo —ya no aguantaba el llanto. Dentro de poco sucumbiría. Mis ojos azules ya debían estar cristalinos.

Sentí como se paraba de la banca, e intentaba acercarse a mí. Pero por cada paso que daba, retrocedía dos. Y realmente era lo mejor, para ambos. Él se iba a casar, ¿no? No debería estar con la chica que lo ha amado tanto tiempo en secreto.

—Te quiero, Marian. Te quiero mucho. —escuché como susurró antes de seguir caminando.

En ese momento, salí corriendo, sin el temor de parecer débil frente a él. Dejé que las lágrimas salieran libremente, y que me libraran de ese hueco en el corazón que había dejado. Tantos años intentando hacerle entender que lo quería más que una amiga a la basura. Jamás se fijaría en mí, y menos teniendo a esa dulce chica como prometida.

Él ya no debía importarme. Yo ni siquiera debía verlo. Porque él jamás me vería como algo más que una amiga. ¿Entonces, qué caso tenía estar a su lado? Yo no deseaba que él me quisiera. Yo anhelaba que él me amara.
Soundless
¡Para Retos Ilustrados! Tabla: Personas indeseables/Jefe. 500 palabras exactas ^^

EDIT: Usé un contador de palabras de por ahí y me sale que son 482. En otro 503. Pero yo lo hice a base de Microsoft Word 2003, cualquier cosa, culpenlo a él :P

Lo odio. Lo odio tanto. Lo desprecio con todo mi corazón. A él y su sonrisa arrogante. A él y a su puesto importante. A él y a su familia imponente. A él y su grande empresa. A él y a todos sus perros falderos.

Lo odio.

Y ahora, mientras me mira, no puedo hacer más que odiarlo más. Me repite que tengo que esforzarme más en mi trabajo, y que aún no he dado todo de mí. Lo ha dicho tantas veces que ya no recuerdo. Esta discusión es absurda. Él me dirá: está bien, sé que lo harás mejor para la próxima. Entonces yo lo decepcionare y volveremos a lo mismo. Es la rutina.

—Espero mejores resultados para la próxima. Sé que lo puedes hacer mejor —me recordó, con su sonrisa socarrona en la cara. Cuanto quisiera golpearlo aquí mismo.

Porque yo lo odio.

—Claro —dijo, y suelto un bufido. Él me mira con resignación, luego sonríe—, jefe.

—Me haces sentir viejo —me dijo mientras me entrega mi trabajo—sólo soy cuatro años mayor que tú.

—Pero usted —le repliqué, remarcando la palabra ‘usted’—es mi jefe, al final de cuenta.

Él iba a replicar, pero su celular sonó en ese momento. Me pidió un momento con la mirada, y salió disparado a la oficina.

Ver el trabajo de sus empleados era normal en él. Lo hacía todas las semanas, para ver cuanto mejorábamos, y si realmente valíamos la pena. A cada uno de sus doce escritores de columnas nos dedicaba diez minutos semanales. Y en ese escaso tiempo, había logrado que yo lo odiara desde lo más profundo de mi ser.

Regresó, y me sonrió.

—Eh… lo siento. Creo que tengo que ir a revisar las cosas de suma importancia —me dijo con un poco de preocupación.

—No importa —le solté, mientras me sentaba en mi silla. El volvió a sonreír y se fue rápidamente.

Yo lo odiaba por hacer que me enamorara de él, siendo que él era imposible para mí.

Conté mentalmente el tiempo que faltaba para salir de la oficina. Estar aquí siempre era catastrófico. Encerrada entre la pared y un escritorio, con cientos de papeles frente a mí. Y observándolo a él, en su oficina con paredes transparentes, riendo con sus amigos y charlando con cada persona que se le cruza en frente.

Dios, sí que odiaba a ese ser.

Sus cabellos rubios, siempre reluciendo con la tenue luz de la oficina. Algo físicamente imposible. Sus ojos azules, siempre felices. Algo imposible, también. Aunque me gustaba que no fueran como los míos.

Vi como una junta empezaba, de urgencia talvez. Quito un poco de mi corto cabello castaño de mi cara para observar mejor. Hay varias personas ahí. Una señora de edad mayor dice algunas palabras, luego señala a una chica muy linda. Él empieza a gritar, y sale corriendo de la oficina. Yo lo miré mientras me dijo al borde del llanto:

—Acompáñame, por favor.

Yo lo odiaba por darme esperanzas.
Soundless
Un regalo para Nea :D

Los personajes de 'Dos Velas para el Diablo' no me pertenecen. Son de su respectiva autora, Laura Gallego, y la editorial a la que pertenece.

—Angelo

—¿Ahora qué?

Tanto tiempo sin hacer nada te ponía a pensar. Cat era conciente de ello. Sin dormir, sin comer, sin sentir, lo único que podía hacer era observar y pensar. Tenía tiempo de sobre para ello. Pero a veces esos pensamientos se complicaban, se hacían más complejos, más difíciles de asimilar. Por ello, Caterina tenía serias dudas. Sobre la existencia del mundo, sobre los demonios, sobre los ángeles, sobre el futuro de los humanos… Pero aun así, con tantas preguntas, ella pensaba en lo egoísta que era, porque la única pregunta que le importaba en ese momento era sobre su propia existencia.

¿Llegaría a la muerte? ¿Qué habría al final del túnel de luz? ¿Cielo? ¿Infierno? ¿Cuál sería mejor? ¿Dios existiría? ¿Satanás? ¿Más ángeles, o más demonios?

Pero lo peor era preguntarse que pasaría si jamás viera aquel túnel. Vagar por toda la eternidad, sin dormir, sin comer, sin sentir, solamente observando y pensando.

Con mucho esfuerzo, se tragó su orgullo y le preguntó a su acompañante:

—¿Qué pasaría si jamás pudiera ver el túnel? —las palabras apenas salían de su boca.

—Una eternidad junto a mí, supongo —le respondió el con sorna.

Por una vez, sin que Cat supiera la razón, pensó que podría aguantar todo ese tiempo al lado de un demonio.


¿Pequeño? ¿Diminuto? Talvez no, ES diminuto. Pero creo que al ser la historia narrada por la protagonista, hay pocas cosas que yo pudiera añadir en los pequeños espacios que hay por el libro. ¡Para Nea!
Etiquetas: 2 delirios | edit post
Soundless
Una bazofia de regalo para Creamy, por su cumpleaños, hoy. En serio, lo intenté, quisé hacer algo decente, pero sólo salió esto xDD No soy buena escribiendo slash, aunque creo que ni a eso llegué xD

Los personajes de Naruto no me pertenecen.

Shino era una persona extraña. Desde ese momento Gaara lo supo.

Cuando su equipo fue a una misión en Suna, los otros dos fueron personas normales y se alejaron de él. Talvez la chica no lo odiaba, pero le tenía miedo, al igual que el chico con el perro. Él no les tomó importancia, esa era la cosa más coherente que todos podían hacer.

Pero aquel chico, casi completamente cubierto, no lo hizo. Jamás tuvo miedo de acercarse. Le preguntaba cosas como si nada, y aunque jamás le hablaría con naturalidad, por la forma de ser de ambos, era diferente tratar con él. Por segunda vez en su vida, Gaara se sintió aceptado. Nunca diría que eran amigos, porque sería una mentira. Sólo eran dos personas normales. Y el pelirrojo no pedía nada más.

Porque con Shino, Gaara no se sentía especial. Y eso era justamente lo que estaba buscando.
Soundless
Me dieron premios, Gracias Bethy-Pooh :D Y aquí los míos, le daría también uno a Beth, pero se me hizo cruel hacerla publicar esto otra vez xD

Requisitos: Elegir 7 blogs o sitios de internet que por su calidad, su afinidad o por cualquier razón hayan conseguido establecer un vínculo que desees reforzar y premiar; y debes enlazarlos en el post escrito. Escribir un post mostrando el premio, citar el nombre de blog o web que te lo regala y notificar a los elegidos con un comentario.

Opcional: Exhibir el premio en tu blog

Ya que me es imposible subir las imagenes, aquí los links:

Blog+amigable
Blog Angel
Este blog es una joya (?)
Premio nomeolvides (?)

Bien, ahora los premios :D

1. Contes de Fée
2. Reflexiones bajo el agua
3.Silencio Embriagador
4. Prosa asesina
5. Locuras de Nea
6. Diario de una Ninfa
7. Mundo Killy
Soundless


Para Retos Ilustrados. Un pequeño original.

Un corte.

Un grito.

Un llanto.

Me giro un poco, sólo para poder ver la cara de aquel niño. Tantas emociones indescifrables para mí. ¿Miedo? ¿Angustia? ¿Tristeza? ¡Qué sientes? Dímelo. Quiero saberlo. Te veo a los ojos, y tú retrocedes. No te comprendo. ¿No quieres venganza?

No debes tener más de trece años. Eres un chiquillo que no conoce los males de la vida. ¿Y sabes qué? No puedo evitar envidiarte por eso. Tu cabello despeinado color ocre está lleno de sangre. La sangre de tu hermano. Tus ojos azules me miran, no sé con qué.

No es miedo. Tampoco odio. ¿Dime, qué es?

Aunque creo que sin importar lo que digas, no te comprenderé. Al fin y al cabo eres un niño, y yo una asesina. No sabes nada. Tú no conoces los sentimientos de ver morir a tu único pariente frente a ti a los tres años. Yo tampoco los recuerdo, ya que decidí olvidarlos, pero siempre estarán ahí. Lo sé. Por eso ya no siento. Talvez es inconciente, un efecto de mi mente para evitar ser dañada, o conciente, no me importa sentir. Existe una regla en esté mundo, por cada vez que sonríes tienes que derramar una lágrima.

Entonces tomo mi espada. No quiero seguir pensando en eso. Además, ¿de qué me servirá sentir? ¿Comprenderte? De nada. Para sufrir en la hora de tu muerte, sólo para eso.

Aun así no puedo evitar preguntar.

—¿Por qué me ves así? —te pregunto mientras pongo mi arma en tu garganta.

—Te tengo lástima —dices sin más, luego miras al piso.

Un corte.

Un grito.

Un llanto. El mío.

Al fin y al cabo, yo soy la que da lástima. Tu cadáver es el que está tirado en el piso, y yo soy la mártir de la historia. Pequeño ingenuo.

Y aun así no sé porque sigo llorando.
Soundless
Por alguna razón, al entrar a Fanfiction no encontré esta historia, la cual dediqué a Creamy por su cumpleaños ;-; Intenté varias veces volver a subirla, pero no lo logré. Creo que FF me odia T.T Hasta que resuelva esta cosa (porque lo haré ò,ó) aquí esta el regalo de Creamy ^^:

Dos lobos corrían en la penumbra de la noche, moviéndose rápidamente entre el espeso bosque y evadiendo el centenar de árboles que se les atravesaba. Una carrera que se había convertido, como la mayoría de las veces, en algo personal.

“Vamos, Jake. No me digas que aun crees que ella en verdad te ama tanto” pensó la loba mientras se apresuraba para no perder ante él.

“Cállate, Leah” le dijo él, aumentando la intensidad de sus pensamientos. “Bella hará lo que sea mejor.”

“Para ella, claro está. Yo creo que sigue perdidamente enamorada del chupa sangre” pensó, mientras tomaba un último impulso para llegar a la meta.

“Él la abandonó. ¿Crees que alguien pueda seguir amando a una persona que te hizo eso?” le replicó, con un tono de enfado. Tomó un último impulso, y llegó al acantilado.

La loba ya se encontraba ahí, lambiendo su gris pelaje.

“Perdiste, de nuevo” le recordó ella, mientras se levantaba de su lugar. Él prefirió no pensar nada más. Hablar con Leah era un caso imposible.

La luna estaba llena. Se veía realmente hermosa y gigantesca desde donde ellos se encontraban. Jacob se acercó a la orilla del acantilado, y se quedó observándola. Sin más, aulló.

“¿Qué haces” le preguntó ella, mientras se caminaba hacía él.

“Cosas de lobos” le contestó, y dio otro gran aullido.

Ella se dio la media vuelta, indicando que volvería con la manada. “Tonterías”

“Deberías intentarlo. Apuesto a que despertarías más tus pocos instintos” le comentó Jacob, y volvió a aullar a la luna.

“¿Para qué? ¿Quién quiere ser un maldito lobo?” luego ella se preparó para correr.

“¿Es qué no sabes hacerlo?”

Refunfuñando —a su manera— Leah se acercó a él. No permitiría que ese lento la retara, creyendo que ella no podría con un simple aullido. Pero justo cuando iba a intentarlo, sólo salió un leve ladrido.

Él sonrió. “Piensa que le recriminas. Yo lo hago.” Le apoyó Jacob, mientras volvía a dar otro aullido. Grande, profundo, largo, triste…

Entonces Leah se preguntó cómo lo haría. ¿Debería acusar a un astro de ser la única loba? ¿De hacerla estéril? ¿Del fin de su relación con Sam? ¿De su vida? ¿De no poder amar?

Aulló, y le gritó a la luna todos sus males. Le exigió justicia en su vida. Le preguntó que había hecho mal. Le lloró sus desgracias.

“Nada mal” escuchó como él pensaba.

Luego ambos aullaron juntos, recriminándole sus males a aquella brillante luna. Preguntándole porque no podían ser amados de la misma manera en la que aman. Nunca escucharon la respuesta de ella, sólo tenían que voltear a ver al otro.


Aprovecho para colocar el review de Creamy, el cual nunca vi, pero Hotmail dice que sí llegó xD

Usagi *-*

Gracias por el regalo, eres un amor, niña de mis ojos (?) —sí, ya saqué
las frases de telenovela mexicana, lo siento—. Me gustó muchísimo, en
verdad que sí, es normal buscar algún culpable a toda costa de los males que
nos aquejan, aunque sea de forma incoherente; pero tú sabes que me gustan los
personajes delirantes xD

No te preocupes por lo de la fecha, yo también siempre me acuerdo durante el
año la fecha de cumpleaños de mis amigos; pero justo ese día, siempre lo
olvido xD

Gracias de nuevo :3


Creamy, sabes que esto no fue nada. ¡Feliz cumple!
Soundless
Para retos ilustrados
Original, los personajes son de mi autoría.
Link a la imagen, que decidí no poner ya que según yo es algo... fuerte: http://i353.photobucket.com/albums/r399/_Morri_/fotos/Tablas%20foro/035_terada.jpg

—Simplemente, perfecta —se dijo a sí misma, admirándose en el espejo de mano. Sus cabellos negros caían delicadamente sobre su cara, y sus ojos chocolate relucían de entusiasmo. Su pequeño vestido color azul cielo no le hacía perder su gracia, sólo lograba acentuar sus delicadas facciones.

—Perfecta —se repitió—. Tú no eres una chica linda. Estás gorda, fea, ¡y ni siquiera eres una buena persona! Egoísta y vanidosa. ¡Jamás lograrás casarte! Eres una desgracia para la familia. Lárgate, no te quiero ver —dijo, cambiando rápidamente su estado de ánimo. Repetía cada palabra, tal y como lo había sido aquella vez.

Tomó su cepillo y empezó a retocarse el cabello. Se hizo algunos chinos, sólo para remarcar más sus ojos. Agarró el maquillaje, y se trazó unas líneas negras debajo de sus ojos, para hacerlos ver más grandes y vistosos. Se delineó sus labios de un suave color crema, para que no se vieran tan ridículos ante toda su vestimenta. Se ruborizó con el maquillaje, para verse más tierna.

Perfecta.

—Eres una basura. No mereces nada, ¡y aun así lo tienes todo! ¿Qué hemos hecho tu madre y yo para tenerte como hija? Zafrina, desde ahora, ya no tendrás el derecho de apellidarte Souleal. No eres más mi hija.

Se puso el collar de zafiro, que su novio le había regalado en su cumpleaños. Se lijó y pinto las uñas de un hermoso color celeste. Se colocó un lazo en el cabello.

Hermosa.

—Soy perfecta —dijo, intentando aguantar las lágrimas—Lo soy.

No pudo más. Empezó a llorar. Empujó todas sus cosas, y cayeron al suelo.

—¡No las necesito! ¡De nada me sirven!

Sangró cuando el pequeño espejo se quebró. Se miró ahí, partida en pedazos. Y sólo pudo sollozar más fuerte. Tomó su cara entre sus manos, y empezó a jalarse los cabellos. El listón azul cayó al suelo, roto, junto con cientos de hilos negros.

Al poco tiempo, entró un chico de su misma edad, no le preguntó que le pasaba, sólo la abrazó y la recostó sobre sus piernas.

—Dime que soy perfecta —le susurró ella antes de quedar dormida.

Él sólo la abrazó más fuerte. Las heridas físicas eran fáciles de sanar. Más las del corazón jamás se cerraban por completo.
Soundless
Título: Una más
Fandom: Naruto
Paring: Sasuke&Karin
Disclaimer: Naruto y sus personajes no me pertencen, son de Kishimoto-sama.
Dedicado a: ¡Fumiis!


Karin sabía que sólo era una.

Una de tantas chicas que lo perseguían.

Una más de sus sirvientes.

Una persona loca por él.

Una de las tantas que lo querían a su lado.

Una más que darían su vida por el Uchiha.

Y al fin y al cabo, siempre sería una insignificancia en la vida de Sasuke. Ella lo sabía. Sólo era una más. Ni siquiera podía presumir de ser algo importante en su vida. Ella no era nada más que una herramienta que podría ser suplantada.

Pero a Karin no le molestaba ser una más, siempre que pudiera estar a su lado.

Esa afición de fangirl había pasado. Ya no era sólo uno de sus caprichos. Ahora él se había vuelto una persona importante en su vida. La primera persona por la que daría su vida sin pensarlo, sin tener una obligación a ello. Él sería el primero a quien vería después de una batalla, no porque fuera su líder, si no porque ella no quería perderlo. A su lado se sentía segura. Era como si él la fuera a proteger de cualquier ataque enemigo, y aunque ella estaba segura que eso sólo ocurriría en sus fantasías, prefería seguir pensando eso a creer que la persona por la que daría todo no la quería.

Por eso Karin prefería pensar que para Sasuke ella no era una más.

Quería pensar que ella era esa una.

Aun así, Sasuke seguía siendo su reto.


Cerró el libro que estaba leyendo. Quería ir a decirle a su Sasuke-kun que había aprendido una manera más eficaz de aumentar el chakra, sin necesidad de acabar con el de ella misma, así dejaría de ser una carga en momentos de crisis.

Sonriendo, se dirigió al cuarto de su líder. El lugar donde se estaban quedando era pequeño, y la mayoría de las habitaciones estaban cerca una de otra. Abrió la puerta de un portazo, mientras observaba como Sasuke la ignoraba por completo, como tantas otras veces.

—¡Sasuke-kun! —gritó y se acercó a él—Ya no seré más una molestia. Aprendí una nueva técnica. ¡Sólo por ti, Sasuke-kun!

Él la miró unos momentos. Molestia. Ella era una molestia. Todas las chicas eran una molestia, ya que de una manera u otra, él terminaba tomándoles cariño. Se parecían a su madre. Pero jamás se acercarían a ser como Mikoto Uchiha, ya que sólo eran una más…

—Vete de aquí, Karin —le ordenó.

—Pero Sasuke-kun…

—Vete —repitió con un tono más alto de voz. Ella obedeció sin chistar.

En el camino se topó con el maldito de Suigetsu. Lo maldijo, le gritó y lo insultó. Le dijo todo lo que no sería capaz de decirle al Uchiha. Luego regresó a su habitación, se tumbo en la cama y se quedó ahí, pensando si algún día dejaría ser una más. Sonrió un poco.

—Seré una más —pensó—, pero soy la una más que está más cerca de la habitación de Sasuke-kun

Después se levantó de la cama de un salto, y abrió su libro de nuevo.

Una más. Ella quería cambiar eso.

Y lo mejor era que ella tenía la oportunidad de hacerlo.

Pero por alguna razón no podía borrar de su mente aquella imagen, un rubio y una chica de cabellos extrañamente rosados, que su líder estaba observando.

Talvez, esas personas le habían arrebatado esa única oportunidad.
Soundless
¡Para retos ilustrados!

La amistad puede ascender a amor, y a menudo lo hace, pero el amor nunca desciende a amistad.

—No —repetí, un poco brusca— ya te lo dije. No.

Él me miró suplicante, con esa maldita carita de perro a medio morir. Yo reí, y después callé inmediatamente: ese era un signo de debilidad.

—Vamos, Yaki. No pasará nada. Sólo tienes que decirme que sí.

—No. —volví a decir, cortante.

Le di la espalda y empecé a recoger mis cosas. A este paso yo terminaría cediendo. Y ese no era el punto. Tomé mi mochila, con el gran grabado de ‘Jacqueline Subrivor’ grabado en ella. Primer año de secundaria y mi padre no podía evitar hacer esas cosas que hacía cuando yo era aún pequeña.

—¿Por qué no? —me preguntó. Yo no lo miré—¿Acaso no me quieres?

—Sí, eres mi mejor amigo —le contesté, remarcando la palabra amigo—y quiero que continué así. Tú finge que esto nunca pasó.

Al terminar de recoger mis cosas, lo miré fijamente. Yo estaba un poco más alta que él, especialmente por mis revoltosos cabellos negros saltando de un lado a otro. Además, él era bastante bajito.

—Adiós, Eluric —le dije. Luego él me besó. Y lo peor fue que yo dejé que me besara. Pero en el momento en el que recordé el porque de mi no, lo alejé de mí… con una patada.

—¡Por qué hiciste eso? —me gritó, furioso.

—¡Yo te dije que no! ¿No entiendes qué significa eso? N-o ¡Sencillo! —le espeté, mientras caminaba hacía la salida.

—¡Se terminó! ¡Lo nuestro se terminó! Olvídate de que existo —dijo. Yo no lo quería escuchar— Yo sólo quería demostrarte lo que siento.

Aquel susurró sono inaudible. Casi como si fuera un sueño. Yo corrí. Corrí por toda la escuela, bajé las escaleras y me encerré en el baño. Ahí yo lloré. Lloré porque al final todo había salido peor.

Yo sólo quería evitar perder a mi mejor amigo si la relación fallaba. Siempre supe que la amistad era mejor que el amor.

Además, el amor nunca podrá descender a amista de nuevo. Es un timo.

Nunca pude pensar que él podría hacerme feliz. Lo eché a perder antes de una oportunidad. Pero en ese momento no me importaba; yo sólo quería a mi amigo a mi lado, consolándome.
Soundless
Original, los personajes son míos y sólo míos *-*
¡Para Retos Ilustrados!

Porque el amor cuando no muere, mata. Porque amores que matan nunca mueren.


Mírate. Te ves como un cuerpo vacío solamente. Caminando por inercia, sonriendo por fingir. Un zombie. Ya no estás viva. Tus hermosos ojos azules que antes brillaban de alegría sólo están ahí para hacerte sufrir más al verlo sonreír. Tu larga cabellera negra, que antes ondeaba con el viento, ahora está sujetada en una coleta, impidiéndote mostrar tu verdadera belleza. No eres más que una sombra de lo que eras.

Y eso me entristece.

Has perdido a tus amigos, excepto a mí. Tu familia ya no sabe que hacer contigo, ellos quieren ayudarte, pero tú no les dejas acercarse. Les dices que estás bien, que él ya no te importa. Pero lo cierto es que aquel tipo te robó la felicidad. Te robó toda tu vida en el momento en el que te dejó.

Te lo dijimos. Todos lo hicimos. Olvídalo, aléjate de él, sólo te hace mal. Cada día te repito que dejes ese maldito trabajo, para no verlo nunca más. Pero insistes en que estás bien. Tonta, no puedes cargar con esto sola.

Nunca he entendí el tipo de amor que tenías por él. Era casi una obsesión. Y ahora lo estás sufriendo.

Te repito que debes olvidarlo, que te ves como una muerta. Tú me gritas que estás bien, luego te das la media vuelta y te vas de mi casa. ¿Por qué no entiendes que yo sólo quiero ayudarte? Olvídalo, sácalo de tu mente. Acaba con ese amor que te consume. Mátalo. Porque si no lo matas, el terminará contigo.

Lo peor de esto es que el tipo sólo te hizo sufrir. Tú dabas todo de ti, le entregabas cada parte de tu ser para hacerlo feliz, y él sólo terminó diciéndote que no podían estar juntos. En ese momento empezaste a morir, lenta y dolorosamente. Él te convirtió en lo que eres hoy.

¿Y tú no puedes olvidarlo? Aun más malo es que lo sigas amando.
Soundless
Los personajes de Harry Potter no me pertencen.
¡Para Lukia!


Ron Wesley era completamente extraño. Su pelo era extraño. Sus ojos también lo eran. Su familia igual. Su forma de ser no se diga. Era un espécimen único.

Y Luna Lovegood tenía curiosidad de conocerlo. Jamás volvería a ver un ejemplar como él. Eran irreales. Con suerte ella había logrado encontrar uno, no desperdiciaría la oportunidad.

Durante días investigó su pasado. Tenía que comprender a una especie desde su inicio. Ginny se sintió acosada esos días.

Después siguió Harry Potter. Tenía que investigar su relación con los demás machos. Él solía decirle que lo dejara en paz, y que si le gustaba tanto Ron le preguntara a él mismo. Ella negó con la cabeza y siguió anotando todo en una pequeña libreta.

La siguiente era Hermione Granger. Aquella chica que por alguna y desconocida —aunque no por mucho— razón se había enamorado de su objetivo. Aunque su amiga lo negara, Luna lo sabía. Era demasiada obvia la relación que llevaban. Talvez era la misma Hermione la que no se había dado cuenta. Claro, Luna no podía equivocarse. La chica de pelo cobrizo terminó hartándose de tan extrañas acusaciones y preguntas, y se fue a la sala común de Gryffindor, donde por alguna razón se encontró con Harry Potter y Ginny Wesley.

Al final Luna pensó que sería mejor investigar por sí misma, frente a frente con el extraño espécimen. En la pequeña libreta anotó el horario que cumplía el chico, e intentaba seguirlo a todas partes. Ron se asustó. Mucho.

Ella lo miraba fijamente, con sus grandes ojos. Cada movimiento que él hiciera era observado por aquella chica. Era una psicópata. Él siempre lo supo.

Después de algunos días, todos decían que la lunática y Wesley eran novios. “La pareja perfecta”, declaraba Malfoy. Ron lo negaba cada vez que podía. A Luna le daba exactamente igual, al fin y al cabo no interrumpía con su investigación, y además había aprendido a ignorar a los idiotas.

Harto de lidiar con ella, Ron le dijo que lo dejara en paz. Ella se negó, alegando que casi saciaba su curiosidad. En la cena, se acercó a él, y le pidió un último dato. Él dijo que si con ello dejaba de acosarlo estaría bien, Luna le contestó que dependía del resultado. Sin más, ella lo beso, frente a las cuatro grandes casas de Howgarts. Entonces ella le dijo que no podría dejarlo, y le entregó su conclusión en una pequeña libreta.

Me he enamorado del espécimen en cuestión, decía.
Soundless
Título: Nada extraño
Fandom: Naruto
Para Retos Ilustrados
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen. Son de Kishimoto-sama :3
Advertencia: Aunque sean mínimos, hay spoilers.

Hay miradas que perdidas entre miles de miradas
Andan solas por la vida


Recordar la primera vez que la vio sería un desperdicio de tiempo. No había sido demasiado especial, ni siquiera había sido romántico. Sólo recordaba que había encontrado su mirada azul entre todas la de los akatsuki. Tampoco es que hubiera sido tan difícil, ella siempre se encontraba al lado del líder.

La primera vez que hablaron tampoco fue especial. Él buscaba a alguien que le informara de su próxima misión, y los ojos de ella fueron los primeros que encontró.

Cuando algún miembro se ponía a decir estupideces, él buscaba su mirada para entretenerse. No era porque estuviera enamorado, ni nada por el estilo, era sólo que sus ojos eran diferentes a los de todos los asesinos presentes. Ella se parecía a él.

El día que Kisame le preguntó al líder si era posible cambiar de compañero, él inmediatamente busco la mirada de ella. Eso tampoco era extraño, ¿verdad? Y aun menos extraño era el suspiro que dejaba escapar ante la negativa de Pain.

Los días que estaba vagando por la gigante mansión de Pain, buscando solamente los ojos azules de ella, eran días normales, también. No había nada raro en ello.

Y cada vez que hablaban y él intentaba hacerle hablar de su pasado sólo para verla a los ojos era de lo más normal, ¿cierto? Y todavía era más común intuir que, poco a poco, él se daría cuenta de cuanto se parecían.

Tampoco era extraño que el día de su muerte él buscara sus ojos azules.
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Soundless
Título: Llorar
Fandom: Naruto
Para Retos Ilustrados
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen. Son de Kishimoto-sama :3

Y hay miradas que cautivan
Por lo bellas y profundas
Como tu mirada azul
Que me atrapa día a día



Salgo de la habitación caminando lentamente. Cierro la puerta con cuidado, y camino tranquilamente varios metros, evitando que mis lágrimas se derramen. No debía ser débil. No podía dar esa imagen a mi padre, a mi hermana, a mi primo…

Hace pocos segundos me acaban de avisar que Neji ocupara mi lugar como cabecilla del clan. En serio, intenté sentirme feliz. Mi primo lograría que la rama secundaria fuera respetada. Sonreí amablemente, y le felicité. No mostré titubeos. Todos se quedaron callados, talvez ya esperaban una respuesta así de mi parte. Sólo Hanabi replicó, pero le dije que por favor callara. Ni siquiera estoy segura si lo hizo por mí, o porque fuera Neji y no ella quien ocupara mi puesto.

Yo quise sentirme feliz. Pero en lugar de eso estoy enojada, celosa… No debería sentirme así. Neji es mi primo. No puedo evitarlo. Quisiera regresar ahí y decirles a todos que yo podría ser mejor que él, que yo puedo con el cargo. Pero me siento pequeña al lado de todos ellos.

Salgo de la mansión, y apenas camino un poco empiezo a llorar. Lloro porque no puedo ser lo suficientemente fuerte para ser la líder. Lloro porque siento celos de mi primo. Lloro porque al final mis esfuerzos no valdrán la pena. Lloro porque nada de lo que hago saldrá bien. Lloro, porque al fin y al cabo, sigo siendo la niña que prometí dejar de ser.

Y ahí me quedo, llorando por todos mis infortunios, debajo de un gran árbol. Abrazo a mis piernas, mientras me regaño internamente por estar demostrando mis sentimientos tan abiertamente.

—¿Hinata? —escucho que alguien me pregunta. Me avergüenzo, y sólo puedo abrazarme más—¿Estás bien? ¡Hinata!

Entonces reconozco su voz. Inmediatamente levanto mi cabeza, para verlo frente a mí.

Naruto-kun.

No puedo hablar. Estoy paralizada. Sólo puedo titubear un par de disculpas por hacerle preocupar. Él me mira como si estuviera haciendo algo mal. Luego me mira con esos ojos azules. Entonces recuerdo el por que estoy llorando.

Lloro porque le fallé a Naruto-kun.

Él se sienta a mi lado, y se queda conmigo mientras yo me desahogo, mirándome con sus hermosos orbes azules.
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Título: Indiferente
Fandom: Naruto
Para Retos Ilustrados
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen. Son de Kishimoto-sama :3

Y las hay indiferentes, como las de tanta gente

Todos los días yo veía pasar a la gente frente a mí. Algunos preocupados, muchos otros nerviosos, y algunos felices. Apurados, tranquilos, indecisos. Todas las personas que entraban a este hospital tenían una razón para, y de ello dependía sus reacciones para estar aquí. Era algo natural.

Yo a veces detenía mi trabado diario y los miraba fijamente. Pero nunca podía saber el porqué de su comportamiento. Veía personas que esperaban a un familiar enfermo mientras sonreían. Otras tantas lloraban cuando un nuevo bebé iba a entrar en sus vidas. Algunas incluso reían cuando un amigo estaba en una cirugía. No podía comprenderlos. Me eran indiferentes. Nunca logré hacerlo, y dudo que alguien pueda comprender a su prójimo del todo.

Especialmente porque yo lo había intentado todo para que él me comprendiera. El día que llegó al hospital, sangrando y maldiciendo, quería que supiera que yo estaba enojada. Que lo odiaba. Pero él sólo pudo ver las lágrimas bajando por mis mejillas.

Cuando yo reía, quería que se enterara de que yo estaba bien sin él. Que no lo necesitaba. Pero él sólo me veía sonreír a un lado suyo.

Quería que él sintiera lo feliz que yo fui sin él. Lo bien que estuve todo el tiempo. Pero él sólo podía verme ser feliz con a su lado.

Me hubiera encantado que cuando él me viera con mis amigos supiera que ellos me querían. Que yo los quería. Pero él sólo descubrió cuanto cariño les tenía.

Cada vez que entrenábamos, quisiera que hubiera visto que me había hecho fuerte. Sin ayuda de nadie. Pero él sólo apremiaba mis movimientos.

Me hubiera gustado que el captara el verdadero significado de mis actos, aunque creo que por otra parte fue mejor. Así nunca supo lo que me dolían sus rechazos inconcientes. Porque su mirada seguía siendo indiferente ante la mía.
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Título: Casi un sueño
Fandom: Naruto
Para Retos Ilustrados
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen. Son de Kishimoto-sama :3

Hay miradas que cuando miran
Son hirientes y lastiman


Sakura tomó la mano de su padre, mientras una conocida melodía empezaba a sonar.

Recordaba cuando, de pequeña, ella solía escuchar esa canción mientras bailaba en su habitación, imaginando la boda de sus sueños. Siempre había soñado que su padre la llevaría al altar, con un precioso y esponjoso vestido blanco. Esperándola, se encontraría el chico perfecto, y al llegar el la tomaría de la mano y juraría su amor eterno. Claro, todos sus conocidos debían estar ahí. El pastel debía ser gigante y con detalles en rosado. Las mesas deberían estar decoradas con lilas, las más hermosas lilas.

Después de algunos años, ese modelo de chico perfecto cobro una imagen más clara, justo en el momento en el que conoció a Sasuke Uchiha. También supo que las lilas debían ser cortesía de Ino Yamanaka, y que, para su desgracia, Naruto debía estar entre sus amistades.

Pero el sueño de una chica se esfuma como si nada. Se enteró de que su chico perfecto no era más que un ser frío y egoísta. Y que por él, había perdido a la encargada de las flores. También descubrió que quería que Naruto fuera su padrino.

Pero cuando su “príncipe” regresó, herido y a punto de la muerte, sus sueños volvieron a cobrar vida. Y por más que intentara suprimirlos, nada funcionaba. Poco a poco se fue ganando el cariño de su ex-compañero, hasta que un día la primera fase de su sueño se hubo completado.

Y ahora estaba ahí, frente al amor de su vida, con su vestido blanco esponjoso, las flores lilas adornando todo el lugar, y Naruto con su traje negro.

Llegó al altar, y su padre le entregó su mano a Sasuke. El la aceptó, sonriendo un poco. Después ella vio a Naruto, y no pudo evitar bajar la mirada. No podía verlo. Porque ella sabía que él estaba sufriendo, y nadie podría hacer nada para evitarlo. Ni siquiera ella misma.

Por que mirar a Naruto le dolía. Y más aun cuando él le sonreía.


N/A: Dios... creo que nunca podré escribir algo realmente largo.
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Título: Fustración
Fandom: Origial, todo lo escrito es mío y sólo mío.
Género: ¿Muchos xD?
¡Para Retos Ilustrados!

Iba a golpearlo. Tenía que golpearlo. Era un maldito egoísta estúpido, ¿por qué no hacerlo? Al fin y al cabo se lo merecía. Me mordí los labios en un intento de contener aquellas palabras de odio que me forzaba a contener. Por más que quisiera hacerlo, sabía que no me perdonaría por gritarle. Apreté el puño, aun más. Contuve las lágrimas de impotencia todo lo que pude, pero una fugitiva resbaló por mi mejilla.

Lo estoy logrando; me dije. Luego el maldito sonrió de lado.

Me acerqué a él lo máximo posible. Tuve que pararme de puntillas para poder ver sus orbes azules. Seguía sonriendo. Me quedé ahí unos momentos, intentando contenerme. Pero su cara de hipocresía lo hacía muy difícil.

Sabía que debía verme como una chiquilla de cinco años armando un berrinche. Pero me berrinche tenía razón de ser. De repente la ventana que estaba aun lado de nosotros se abrió. Genial, la única ventana en toda la maldita oficina y tenía que estar detrás de él. Ahora se veía mucho más sexy que de costumbre, con sus cabellos dorados despeinados.

¿Yo? Dudaba que mi coleta se pudiera mover aunque sea un poco a causa del aire. Y aunque así fuera no me vería mejor, esas películas donde la protagonista se ve hermosa con el aire moviendo su cabello son una farsa. Aunque yo no soy linda, y no estoy arriba de un barco, ni tampoco tengo al chico de mis sueños a un lado mío. Más bien soy la chica de dieciocho años más pequeña de todo el edificio, estoy dentro de una oficina de seis metros cuadrados y tengo frente a mí al estúpido más grande del mundo.

Cuando supe que no podría borrar aquella mueca de su cara, le di la espalda y empecé a guardar mis cosas dentro de mi bolso. No sé si me siguió viendo, y si así fue no me importo. Por el momento todo lo que quería hacer era salir de ahí, y no volverlo a ver nunca más.

¿Quién se creía para decirme eso? Ni la amistad que habíamos creado por doce años podría con ello. Él sabía que yo estaba totalmente enamorada, y no le tomó importancia. Aun así yo quería conservar, al menos, un recuerdo de él. Y no quería recordarlo con un ojo morado.

Terminé de guardar mis cosas. Cuando me di la vuelta, él estaba parado frente a mí.

—Jack, fingiré que nada de esto paso. Eres mi amigo y no quiero perderte. Hoy voy a dormir, tú harás lo mismo. Mañana vendremos al trabajo y tú dirás: “hola, enana”, yo te responderé con un común: “púdrete estúpido”, y todo seguirá su rumbo los próximos días. ¿Entendiste?

Él me miró confuso.

—Pero sólo tienes que decir que sí…

—Jack. —le dije con una mirada de represalia.

—Es la verdad.

—Jack…Por favor. No quiero perderte.

Él suspiró, luego me miró con aquellos hermosos ojos azules.

—¿Me perdonarías, Lanna? —sonaba como si en verdad se sintiera mal. Era la primera vez que lo veía hablar así.

Y por eso era la primera vez que me hacía sentir tan mal.

—No —le dije. Pensaba que me reclamaría, o que al menos se enojaría un poco. Pero él sonrió. –No te rías, es en serio, no te perdono.

—Eso dices ahora. Algún día me dirás que sí.

Le di la espalda nuevamente, luego empecé a caminar hacía la salida, mientras recordaba con precisión las palabras que comenzaron todo esto.

—¿Quieres ser mi novia?