Soundless
¡Para Retos Ilustrados! Tabla: Personas indeseables/Jefe. 500 palabras exactas ^^

EDIT: Usé un contador de palabras de por ahí y me sale que son 482. En otro 503. Pero yo lo hice a base de Microsoft Word 2003, cualquier cosa, culpenlo a él :P

Lo odio. Lo odio tanto. Lo desprecio con todo mi corazón. A él y su sonrisa arrogante. A él y a su puesto importante. A él y a su familia imponente. A él y su grande empresa. A él y a todos sus perros falderos.

Lo odio.

Y ahora, mientras me mira, no puedo hacer más que odiarlo más. Me repite que tengo que esforzarme más en mi trabajo, y que aún no he dado todo de mí. Lo ha dicho tantas veces que ya no recuerdo. Esta discusión es absurda. Él me dirá: está bien, sé que lo harás mejor para la próxima. Entonces yo lo decepcionare y volveremos a lo mismo. Es la rutina.

—Espero mejores resultados para la próxima. Sé que lo puedes hacer mejor —me recordó, con su sonrisa socarrona en la cara. Cuanto quisiera golpearlo aquí mismo.

Porque yo lo odio.

—Claro —dijo, y suelto un bufido. Él me mira con resignación, luego sonríe—, jefe.

—Me haces sentir viejo —me dijo mientras me entrega mi trabajo—sólo soy cuatro años mayor que tú.

—Pero usted —le repliqué, remarcando la palabra ‘usted’—es mi jefe, al final de cuenta.

Él iba a replicar, pero su celular sonó en ese momento. Me pidió un momento con la mirada, y salió disparado a la oficina.

Ver el trabajo de sus empleados era normal en él. Lo hacía todas las semanas, para ver cuanto mejorábamos, y si realmente valíamos la pena. A cada uno de sus doce escritores de columnas nos dedicaba diez minutos semanales. Y en ese escaso tiempo, había logrado que yo lo odiara desde lo más profundo de mi ser.

Regresó, y me sonrió.

—Eh… lo siento. Creo que tengo que ir a revisar las cosas de suma importancia —me dijo con un poco de preocupación.

—No importa —le solté, mientras me sentaba en mi silla. El volvió a sonreír y se fue rápidamente.

Yo lo odiaba por hacer que me enamorara de él, siendo que él era imposible para mí.

Conté mentalmente el tiempo que faltaba para salir de la oficina. Estar aquí siempre era catastrófico. Encerrada entre la pared y un escritorio, con cientos de papeles frente a mí. Y observándolo a él, en su oficina con paredes transparentes, riendo con sus amigos y charlando con cada persona que se le cruza en frente.

Dios, sí que odiaba a ese ser.

Sus cabellos rubios, siempre reluciendo con la tenue luz de la oficina. Algo físicamente imposible. Sus ojos azules, siempre felices. Algo imposible, también. Aunque me gustaba que no fueran como los míos.

Vi como una junta empezaba, de urgencia talvez. Quito un poco de mi corto cabello castaño de mi cara para observar mejor. Hay varias personas ahí. Una señora de edad mayor dice algunas palabras, luego señala a una chica muy linda. Él empieza a gritar, y sale corriendo de la oficina. Yo lo miré mientras me dijo al borde del llanto:

—Acompáñame, por favor.

Yo lo odiaba por darme esperanzas.
1 Response
  1. Karen Says:

    *o*

    Me encanta, y lo sabes xD Sabes que adoro como escribes, y adoro que siempre acabes introduciendo romance xD (amante de los culebrones forever!! XP)

    Me encantó de verdad >.<