Soundless
Si no te quieren como tú quieres que te quieran, ¿qué importa que te quieran?

¡Para Retos Ilustrados!

—Aléjate de mí —repetí, reprimiendo las lágrimas. Remarcando cada palabra con la mayor dureza posible—. No te quiero aquí.

Él me vio con aquellos ojos caramelo tan hermosos. Me rogaba con la mirada que le sonriera, y que le dijera que todo esto era en broma. Pero no era así. Para mí él había desaparecido. Ya no existiría más, sería sólo como una piedra con la que trómpese en algún momento de mi vida. Ya no sería más mi amigo, compañero y hermano.

Me di la media vuelta, dándole la espalda. Sentí como mi largo cabello rubio se movía con el viento. Aquel largo cabello que había cuidado tanto para que a él le gustara.

—Marian…Yo, yo en serio no pensé que las cosas fueran así. Tú eres mi amiga —me dijo, forzando salir a las palabras.

—Largo —ya no aguantaba el llanto. Dentro de poco sucumbiría. Mis ojos azules ya debían estar cristalinos.

Sentí como se paraba de la banca, e intentaba acercarse a mí. Pero por cada paso que daba, retrocedía dos. Y realmente era lo mejor, para ambos. Él se iba a casar, ¿no? No debería estar con la chica que lo ha amado tanto tiempo en secreto.

—Te quiero, Marian. Te quiero mucho. —escuché como susurró antes de seguir caminando.

En ese momento, salí corriendo, sin el temor de parecer débil frente a él. Dejé que las lágrimas salieran libremente, y que me libraran de ese hueco en el corazón que había dejado. Tantos años intentando hacerle entender que lo quería más que una amiga a la basura. Jamás se fijaría en mí, y menos teniendo a esa dulce chica como prometida.

Él ya no debía importarme. Yo ni siquiera debía verlo. Porque él jamás me vería como algo más que una amiga. ¿Entonces, qué caso tenía estar a su lado? Yo no deseaba que él me quisiera. Yo anhelaba que él me amara.
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