Soundless
Otro drabble de mi próxima historia original, de la cual, ya tengo casi el primer capítulo xD

Es tan corto el amor y es tan largo el olvido.

Autor: Pablo Neruda


Bufó mientras aplastaba una almohada contra su rostro. A lo lejos lograba escuchar todo el ruido que su familia producía. Quien pensara que los vampiros eran seres misteriosos y pacíficos estaba más que equivocado. Para ella, aunque nunca lo admitiera en público, eran ruidosos y sangrones.

Se rió ante su broma privada, pero de inmediato se calló. No podía ser tan natural con el asunto. No debía ser tan natural. Apretó más el cojín contra su rostro y soltó un grito, que fue ahogado por la almohadilla. Estaba frustrada. Se sentía impotente, pequeña e indefensa. Y aunque realmente lo era, no le gustaba sentirse así.

Por un momento pasó por su mente la imagen de Tristán. Era el único chico que la trataba como se merecía, sin más ni menos. Con el único con el que podía sentirse ella misma.

Se quitó la almohada de la cabeza cuando estuvo lo suficientemente sofocada. Se levantó de la cama de un salto, se colocó sus anteojos y acomodó un poco su corto cabello caramelo. Caminó hasta la ventana y se situó justo en frente de ella, logrando una vista espectacular a la luna.

Ella quería estar con Tristán. Lo extrañaba. Quería verlo de nuevo, sentirlo, besarlo, hablarle, gritarle, abrazarle… Quería estar a su lado. Pero ella sabía bien que jamás podría entablar una relación con el hijo del hombre que quería matar a su familia.

Suspiró, resignada. Se dio la media vuelta mientras se decía que tenía que olvidar al chico del que se enamoró hace cinco años. Ahora ambos eran adultos; seguramente él se había vuelto un gran cazador de vampiros, como toda su familia; en cambio, ella ahora era la protegida de todo un clan de ellos.

Escuchó que tocaron la puerta y fue a abrir, corriendo. Al girar la manilla se encontró con un chico que parecía de su edad, de cabello castaño y ojos azules. Él le sonrío abiertamente mientras le movía el cabello.

—Anelita, Anelita. ¿Otra vez pensando en la persona que nos quiere eliminar? —le preguntó el chico mientras entraba a la habitación y se tiraba sobre la cama.

Ella apretó sus puños. No era que lo que él había dicho fuera falso, pero aun no se hacía a la idea de que su ex-novio quería matar a los seres que ella más amaba.

—Leal, no me gustaría hablar de eso —le dijo sinceramente, mientras se sentaba en una de las esquinas de la cama.

Él se erigió y se puso a un lado de ella.

—Sólo estuviste con él algunos meses. Nada será igual que estar con nosotros por la eternidad. Por favor, tú sabes a quien elegir. —le susurró la oído, mientras se levantaba de la cama y corría hacía la salida.

Ella se quedó mirando la puerta. ¿En tan pocos meses se había enamorado como una idiota? Sí. Y aun peor que eso; ella no podía olvidarlo todavía. Ese chico que la había saludado en sus primeros días de clases no dejaba que ella fuera feliz con su familia.


TABLA DESAMOR: ¡Terminada!
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